Baleares apuesta por un turismo de calidad.
La Resolución del Parlamento Balear de fecha 5 de febrero de 2020, ha convalidado el Decreto Ley 1/2020 de 17 de enero, contra el turismo de excesos para la mejora de calidad en zonas turísticas.
Se trata de una normativa pionera en Europa para acabar con el llamado turismo de borrachera en los municipios de Calvia, Palma, Llucmajor y Sant Antoni de Portmany. Esta norma contempla la obligación de expulsión inmediata de los alojamientos hoteleros y de las viviendas turísticas a los clientes que pasen de un balcón a otro o practiquen “balconing”, bajo penas que pueden llegar hasta los 600.000,00 € para los hosteleros, además de las sanciones que pueden imponerse a los turistas de hasta 60.000,00 €.
Con esta norma se prohíbe también, en las zonas de la Playa de Palma, Arenal de Llucmajor, Magaluf y el West End de Sant Antoni de Portmany, la venta de alcohol a menores, la publicidad del alcohol, las barras libres, las excursiones etílicas, conocidas como pub crawling, las happy hours, y cualquier otra oferta o promoción de bebidas alcohólicas.
Esta normativa pone coto a la venta de bebidas alcohólicas a menores
Otra de las novedades introducidas es la obligación de cierre de los comercios que se encuentren en las zonas de aplicación de la norma entre las 21:30 y las 8:00 horas, bajo sanciones en caso de incumplimiento que pueden ir de los 60.001,00 a 600.000,00 €; además de la posibilidad de enfrentarse a órdenes de cierre de la actividad como medida cautelar. Esta regulación obligará a municipios como el de Llucmajor, que ya contaban con una Ordenanza de convivencia cívica, que regulaba esta materia, ha modificar sus Ordenanzas municipales para adaptarlas a la nueva normativa balear.
Tampoco han quedado ajenos al Decreto Ley las llamadas party boats, a quienes se ha suspendido la posibilidad de tramitar nuevas licencias para la realización de fiestas en barcos hasta que se desarrolle una norma específica, limitación que puede prorrogarse con hasta un máximo de dos años. Por otra parte los barcos que ya cuenten con licencias administrativas para estas actividades, si bien podrán seguir operando, no podrán embarcar ni desembarcar a los turistas en ninguno de los puertos de estas zonas, ni entrar en las aguas interiores limítrofes.
Con toda esta regulación el Govern Balear trata de forzar un cambio real en el modelo turístico de estos destinos.
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